Buenas
noches mamá, hoy he tomado una decisión que te va
a gustar; voy a ir a gimnasia los martes y los jueves, de nueve a
diez, mas o menos la hora que charlábamos todos los días por
teléfono. Cuando llega ese momento, me pasa como a los bebes, me
inquieto, me pongo nerviosa, me cabreo con todo quisqui...me pongo
insoportable y lo mejor es quitarme de medio y ocupar el tiempo. Lo
mio y el deporte es una relación inexistente desde tiempos
inmemoriales, pero mi amiga Toñi que tiene un gimnasio se ha
encargado de recetarme este remedio. Tengo un ocasional recuerdo de
un par de clases de pilates con flatulencias incluidas arrastrada por
propósitos saludables y sobre todo por un atractivo monitor.
Mamá,
me ha llamado tu amiga Raquel, lo cierto es que me llama mucho y me
cuenta una y otra vez tus virtudes que ella resume sin maldad “de
tan buena que era, yo le decía eres tonta”. No tengo el cuerpo
para discutir, ni para defender unas actitudes respecto a otras; cada
uno entrene en esta vida aquello que le acerque mas a sus conceptos
de felicidad. Porque salvo la felicidad que dan los bienes materiales
que es mas común en todos los seres humanos, la felicidad con
mayúsculas es algo intimo y personal. Algún día expondré la mía.
Hoy no quiero pensar en ella porque se me escapó como un globo de
helio...
Me
ha dicho que quiere ir este verano al pueblo, a la casa de las
flores, conmigo y mis hijas...que el verano pasado allí disfrutó
como hacía mucho tiempo, confesaba que había sido uno de los
veranos mas bonitos de su vida. Por supuesto, las puertas seguirán
abiertas como cuando estabas tú y yo prometo ser una buena aprendiz
de anfitriona. Mañana cumple 87 años, ¡que rabia me dio cuando me
lo decía!, por qué tú que eras mucho mas joven te tuviste que ir...;
Voy a apuntarlo en la agenda para que no se me olvide felicitarla; le hará ilusión.
He
mandado a Dimitry que me pinte la galería de azul añil; siempre
quise reproducir el mirador de las abuelas donde tantas horas pasé
en mi niñez; necesito inventar nuevas ilusiones, redecorar los
lugares de siempre, pintar con los colores del arco iris cada
rinconcito del alma...tengo que volver a edificar mi pequeño
universo porque con tu marcha se ha ido al garete.
Mañana
te seguiré contando fórmulas para sobrevivir. Te quiero