22 de mayo de 2012

LAS BICICLETAS SON PARA EL VERANO


Lo último que he escuchado sobre practicas para alcanzar la felicidad consiste en recordar momentos divertidos del día antes de acostarse; me conformo con que me sirva solo para “sobrevivir con nota”. Ha sido un lunes que no deja ninguna huella en mi almanaque de sonrisas del alma. No se si voy a encontrar ese insignificante guiño que me hizo por un segundo sentirme bien. Allá vamos.

Necesito urgentemente poner en mi vida una bicicleta. Desde mi adolescencia que estuvo marcada por este medio de transporte, no he vuelto a reparar en este artilugio. Aquellos años todo giraba alrededor de mi bicicleta amarilla; los amores, las fugas, la destreza (una vez por ir sin manos me fui derecha a un zarzal), el juego, ver mundo (aunque fuera al pueblo de al lado). El mundo de las dos ruedas y del equilibrio trajo multitud de aventuras y desventuras a mi vida.
La tarde caía lentamente, quizás era una percepción mía; un amigo me ha contado que si haces cosas variadas, el tiempo se dilata. ¡¡¡Vaya día, no ha dejado momento para el respiro!!! Con el propósito de airear las desilusiones y reafirmar  los glúteos tome un camino de tierra…la naturaleza y un día que comienza a adormecer llevan a los viandantes a un estado relajado donde los saludos y las sonrisas son moneda de cambio. Un caballero en bicicleta hizo su aparición a la altura de unos chopos que acompañan al camino atravesado por un espontáneo manantial; es un lugar con fango que se sortea con cierta pericia. No sé si fue mi camiseta sudada que dejaba entrever mis pechos o sencillamente su falta de costumbre, el caballero aterrizó de morros en la poza…y de repente me sentí adolescente de risa contenida, imploré al más allá para que la tierra me tragase…

Y volvimos juntos, charlando, sonriendo… y gracias al caballero hoy he tenido mi dosis de humor; sigo sin aficionarme al paracetamol…prefiero remedios naturales  

14 de mayo de 2012

ADIOS A TU ROSA

Hoy he tirado tu rosa a la basura, no podía permitir que estuviese un día más perdiendo su belleza y recordándome lo efímero que son las cosas bonitas de la vida. Antes de arrojarla al cubo me he quedado con su esencia; ese momento medio "ñoño", medio mágico de aquella tarde de paraguas a la salida del trabajo, esas risas nerviosas de no haber regalado ni recibido flores hace años; la improvisación de un jarrón con la botella de agua olvidada en el coche, una discusión sobre botánica sobre que eran esos yerbajos que la acompañaban y aún la hacían parecer más bella...

Y después vino, aquel aterrizaje de "tu rosa blanca en la botella de plástico" en una casa llena de mujeres...la mía; donde nada pasa desapercibido y menos lo relativo al corazón. La adolescente reclamaba el rojo como símbolo de esa pasión que actualmente es la brújula de su vida, la pequeña no entendía porque solo una; eso era insuficiente para una madre como la suya. Y la mas adulta del clan, simplemente sonreía...

Además, un poquito antes de tapar el cubo, me contó que también se llevaba buenos momentos paseados por tu imaginación en aquella "boutique de rosas" eligiendo con ayuda de aquella amable dependiente cual me podía gustar más. Esto también me lo quedo.
Gracias.