13 de marzo de 2012

LOS PRIMEROS AMORES

Aún estoy conmocionada del pasado sábado. Mis ganas de seguir exprimiendo la eterna juventud me llevaron a un antro a escuchar una banda de rockeros puber, “Super nadie”. ¿Qué hace una mujer como yo en un lugar como este? Ni yo misma lo sabía. Me dejé llevar; primero por una amiga, después por la hija de mi amiga y finalmente por el “Navigator”. Desde que apareció en mi vida, me la ha cambiado. Junto con la cama es el mejor invento de todos los tiempos. Se merece “reflexión” aparte.
Mi sentido de la puntualidad estuvo a punto de arruinarme la noche. Menos mal que el buen tiempo rebajó el grado de “mala leche” de la “esperona”. Por fin apareció mi amiga acompañada; eso le libró de los sapos y culebras que iba a escupir por la boca. Entre los recién llegados, la simpatía y buen rollito de una mujer me llamó la atención. De sobra es sabido que las mujeres entre nosotras a primera vista y en el primer encuentro no somos lo que se dice “amables” con el mismo sexo, pero Maribel derrochaba tanto entusiasmo que no me pasó desapercibida. De repente, mientras esperábamos que el concierto empezara de una vez, se acercó a mí y me contó su secreto a voces: “Me he encontrado con mi primer amor después de 30 años”. Allí estaba un caballero discreto, sencillo, parco en palabras, con la cara surcada por el tiempo, sonriendo…Y ella, ajena a sus miradas, seguía hablando y hablando. Era importante que yo supiera que Antonio no se había casado, que le había esperado siempre y que aún según ella tenía que esperar aún más. Las cervezas me permitieron reírme y advertirle que cuando se es joven esperar es sencillo, hay tiempo; pero cuando se tiene conciencia de que el tiempo es limitado, hay que administrarlo con eficacia para que no queden sueños por cumplir.
Siempre siento curiosidad por saber dónde arrancan las historias de amor. Un bonito  inicio (cobijarse en una marquesina hasta que pare el aguacero, perder el pañuelo de seda al cruzar apresurado un paso de peatones…) garantiza momentos emotivos.
¡¡¡Vaya con los hados!!! A Maribel y Antonio les cruzó en un Mercadona; en un principio me molestó muchísimo este marco para un cuadro de Romeo y Julieta; pero poco a poco fui asumiendo que las grandes superficies son lugares donde pasamos muchas horas de nuestra vida. Hoy no soy capaz de convertirlo en literatura.
“Supernadie” finalmente empezó a entonar sus temas de desamor, de perdedores, de olvidos…y “sus canciones para secar las lágrimas”. Me erigí en ser la “guardiana” de la pareja; mientras les contemplaba y escuchaba la música por mi cabeza pasaron “mis primeros amores”; primer amor de verano, primer amor en Madrid, primer amor extra marital, primer amor cibernético…todos ellos tienen un lugar en mi corazón; me han enseñado y con ellos he practicado vivir con pasión, a ritmo de suspiro.
Pienso que aún me quedan tantos primeros amores…”el primer amor del Inserso, el primer amor del curso –ejercite la memoria, el primer amor de los que estemos en círculo con silla de ruedas…
Siempre amando.