29 de marzo de 2012

UN GARABATO

Voy a pintar un garabato en esta mañana de huelga.
En el garabato hay un sol grande con rayos largos, un árbol con el tronco ancho, montañas detrás de una pequeña casa que siempre dibujo con ventanas y un balcón con flores; aún queda nieve en los picos. He puesto un pequeño riachuelo por si los moradores de la casa quieren darse un chapuzón. La chimenea tiene humo; siempre ponía una nube de humo en las casas de mi niñez, quizás por eso hoy tengo chimenea francesa...
Ahora toca darle vida al garabato; ¿Nos bañamos desnudos en el riachuelo? ¿Hacemos el amor enfrente de la chimenea? ¿Escalamos la montaña de la mano? ¿Nos tiramos unas bolas de nieve? ¿Subimos al árbol para tocar las estrellas?...¡¡¡¡QUE SENCILLO ES SOÑAR!!!!
Otro día os contaré una de las muchas historias que se viven en mi infantil garabato

28 de marzo de 2012

ME GUSTA

En el último aquelarre hubo más que palabras. Reunidas en torno a la hoguera de los tristes hábitos invernales, propuse para el nuevo periodo que se avecinaba, reivindicar una postura más pasional y menos filosófica; cambio la pluma por la escoba, vivir por escribir. Después de un intenso debate y a petición de una becaria insolente accedí a continuar en este nuevo negociado en que me había metido; pero como casi siempre desde mi testarudez, inconstancia y capricho.  


Voy a espantar esta astenia primaveral recordando las cosas que me gustan…


1)   Me gusta la gente que siempre tiene una sonrisa en la cara. Es la mejor manera de “encarar” cada día. Creo que fue Groucho Marx quien decía que “la risa es el camino que mas corto entre dos personas”. Y aquella otra: “No dejes de sonreír, alguien se puede enamorar de tu sonrisa”. Menos frases bonitas y a practicar


2)   Me gustan las personas que son capaces de mandar al carajo los “asuntos de estado” de sus vidas a favor de perder el tiempo en pequeñeces; ¿dónde esta lo importante de la vida? Punset cuenta que la clave se la dio un grafitti en el metro de Nueva York en los años 60, dónde se leía  “Is there alive before death?” (¿Hay vida antes de la muerte?)


3)   Me gustan aquellos que siempre ven “el vaso medio lleno” y mejor si es de vino…


4)   Me gustan los que viven cada momento con la intensidad suficiente de hacerlo único, irrepetible, para almacenar directamente en la parte soleada de la memoria, por si en algún momento es necesario tirar de archivo y recordar


5)   Me gustan aquellos que no ven a un méndigo parte del mobiliario urbano. Los que saludan a los nuevos moradores por la crisis y los desatinos del sistema del bienestar.  Hace no mucho Alvaro Pombo en una entrevista con Sanchez Dragó sobre su libro “El temblor del héroe” (Premio Nadal) reivindicaba que debemos “cuidarnos los unos de los otros”


6)   Me gustan los “siempre” enamorados; esas vidas llenas de sobresaltos, de cosquilleo en el estómago, de suspiros y sollozos…creo que ellos demuestran que vivir puede ser “un arte”


7)   Me gustan los que tienen el impulso del primer momento, cuando lo racional y convencional están ausentes; los que meten la pata, se equivocan y se vuelven a equivocar por dejarse llevar por el corazón y la intuición


8)   Me gustan aquellos que siempre están pensando en el próximo proyecto sin haber terminado el anterior; cuando el aburrimiento esta a punto de instalarse, tienen el coraje de poner rumbo a lo desconocido.


9)   Me gustan los imprevisibles, que son capaces de sorprender al resto del mundo; e incluso a ellos mismos.


10)  Me gustan a los que de esta crisis no les preocupa ni la deuda internacional, ni las medidas de austeridad, ni Merkel y Sarkozy,  porque se sienten afortunados con el simple hecho de nacer en el primer mundo y de tener amigos…como vosotros


21 de marzo de 2012

TRES ROSAS

Esta noche miro ensimismada una y otra vez a mi bola de cristal; hoy el agua esta especialmente turbia y no me deja ver con mucha claridad algún pretexto para llenar la hoja en blanco. Es lo que tiene “ser una bruja de mierda”. Mis compañeras de trabajo me han recordado que hace una semana que no escribo; pues me voy a meter con ellas…
En nuestro comedor improvisado para tiempos de crisis, sala de juntas de pasados gloriosos,  nos ha acompañado Esperanza. Una buena amiga que nos pone al día de los últimos cotilleos de directivos y famosotes de la competencia.  Según la comida avanza la temática varía; en el momento del tiramisú y cuando el grupo se va reduciendo llega la hora de los devaneos amorosos; las últimas conquistas y las primeras decepciones de las últimas conquistas  sobre la mesa lacada con restos de comida. Se corrió la voz que nuestra amiga, mujer de modales exquisitos, estaba saliendo con un caballero de su talla. ¿Y quién es él? ¿En que lugar se enamoró de ti?  Nos confesó que era viudo. Respiramos tranquilas, seguía intacta la regla de oro “los que aun estamos en el expositor, es porque tenemos alguna tara”.
No podíamos dejar que Esperanza se fuese de rositas sin desvelar algún defecto que trajera al mundo de los mortales al señor. Por fin, “No es detallista”; que mas queríamos oír. División de opiniones, aquellas para las que eso era un problema insalvable y aquellas que se lo achacaban al cromosoma masculino. Antes que defensoras y detractoras nos batiésemos en duelo, Esperanza nos contó la solución salomónica que habían adoptado, “ella se encargaría de decirle el detalle y él de conseguirlo”; no estaba mal, había avanzado respecto al “cómprate lo que quieras y luego te doy el dinero”…
La primera petición fueron tres rosas; el caballero apareció con una docena de maravillosos capullos rojos. ¡¡Cuánto “capullo” hay por el mundo!!- pensó. Ella solo quería tres rosas, porque tres rosas representaban los tres meses que llevaban juntos. Y dos mundos paralelos se activaron. Él portaba orgulloso aquel maravilloso manojo de rosas, ella pensaba lo que iban a manchar cuando se marchitasen y sobre todo “tres tenían un significado, doce eran simplemente una docena”.  Me solidaricé con el caballero, quizás porque cuando he regalado rosas ha sido un desastre. Decidí regalar 10 rosas que representaban el decálogo de los buenos amantes; era su cumpleaños y acababa de fallecer su madre; pensé que unas flores  podrían colarse entre tanta tristeza. Recibí una llamada diciendo “no vuelvas a regalarme flores”. No me sirvieron los miles de argumentos que hicieron que mi regalo fuera tan desacertado. Desde entonces me limito a mandar “flores google” que son más económicas…

13 de marzo de 2012

LOS PRIMEROS AMORES

Aún estoy conmocionada del pasado sábado. Mis ganas de seguir exprimiendo la eterna juventud me llevaron a un antro a escuchar una banda de rockeros puber, “Super nadie”. ¿Qué hace una mujer como yo en un lugar como este? Ni yo misma lo sabía. Me dejé llevar; primero por una amiga, después por la hija de mi amiga y finalmente por el “Navigator”. Desde que apareció en mi vida, me la ha cambiado. Junto con la cama es el mejor invento de todos los tiempos. Se merece “reflexión” aparte.
Mi sentido de la puntualidad estuvo a punto de arruinarme la noche. Menos mal que el buen tiempo rebajó el grado de “mala leche” de la “esperona”. Por fin apareció mi amiga acompañada; eso le libró de los sapos y culebras que iba a escupir por la boca. Entre los recién llegados, la simpatía y buen rollito de una mujer me llamó la atención. De sobra es sabido que las mujeres entre nosotras a primera vista y en el primer encuentro no somos lo que se dice “amables” con el mismo sexo, pero Maribel derrochaba tanto entusiasmo que no me pasó desapercibida. De repente, mientras esperábamos que el concierto empezara de una vez, se acercó a mí y me contó su secreto a voces: “Me he encontrado con mi primer amor después de 30 años”. Allí estaba un caballero discreto, sencillo, parco en palabras, con la cara surcada por el tiempo, sonriendo…Y ella, ajena a sus miradas, seguía hablando y hablando. Era importante que yo supiera que Antonio no se había casado, que le había esperado siempre y que aún según ella tenía que esperar aún más. Las cervezas me permitieron reírme y advertirle que cuando se es joven esperar es sencillo, hay tiempo; pero cuando se tiene conciencia de que el tiempo es limitado, hay que administrarlo con eficacia para que no queden sueños por cumplir.
Siempre siento curiosidad por saber dónde arrancan las historias de amor. Un bonito  inicio (cobijarse en una marquesina hasta que pare el aguacero, perder el pañuelo de seda al cruzar apresurado un paso de peatones…) garantiza momentos emotivos.
¡¡¡Vaya con los hados!!! A Maribel y Antonio les cruzó en un Mercadona; en un principio me molestó muchísimo este marco para un cuadro de Romeo y Julieta; pero poco a poco fui asumiendo que las grandes superficies son lugares donde pasamos muchas horas de nuestra vida. Hoy no soy capaz de convertirlo en literatura.
“Supernadie” finalmente empezó a entonar sus temas de desamor, de perdedores, de olvidos…y “sus canciones para secar las lágrimas”. Me erigí en ser la “guardiana” de la pareja; mientras les contemplaba y escuchaba la música por mi cabeza pasaron “mis primeros amores”; primer amor de verano, primer amor en Madrid, primer amor extra marital, primer amor cibernético…todos ellos tienen un lugar en mi corazón; me han enseñado y con ellos he practicado vivir con pasión, a ritmo de suspiro.
Pienso que aún me quedan tantos primeros amores…”el primer amor del Inserso, el primer amor del curso –ejercite la memoria, el primer amor de los que estemos en círculo con silla de ruedas…
Siempre amando. 

8 de marzo de 2012

LOS ABUELOS DE MIS AMIGAS

Dentro de las bonanzas que ha traído la crisis a mi vida, una reseñable es que vengo con mi tarterilla, cual “obrerote” de la construcción (con todo mi respeto y admiración al gremio), y esto me supone desde comer y probar todas las exquisiteces de mis compis, (buenas cocineras) hasta compartir una tertulia de sobremesa de lo mas divertida, producto de los lingotazos de tinto ingeridos y por supuesto de la complicidad femenina.
La selección natural ha llevado a reunir en esos momentos, que se podrían llamar de terapia, a 4 generaciones de mujeres, “la de 20 y las de 40 y la de 50 y”; faltan las de 30 pero es que a esa hora están organizando quien recoge a los niños del colegio y quien les lleva a la clase de “tai chi chuan”.
La de “20 y” hoy estaba conmocionada porque el último fin de semana que se reunió la familia en torno al abuelo recién viudo y recién cumplidos los 82, les espetó a la altura del postre para que no se prolongase la comida familiar “voy a quedar luego con mi novia”; el balance a tal revelación se saldó con un hijo de urgencias por problemas coronarios, a otro le faltaba el aire por problemas respiratorios y el padre de mi amiga con problemas de fé: “no daba crédito”. Una pregunta unánime “…y quien es ella”. Es un dato básico para valorar la situación. Perfil de la novia del abuelo “colombiana que cuidó los 6 últimos meses a la abuela fallecida de alzheimer, edad: 47 años, madre de tres hijos que viven allá…”. No necesitábamos más datos  para machacar a la benjamín, que defendía a ultranza lo listo que era el anciano. La última advertencia que le había hecho: “No se si podré darte algo en tu cumpleaños porque estamos en crisis”. ¡¡¡Vaya con la crisis, es útil para todo!!!
La de “50 y” con experiencia en su familia de amores tardíos por parte de los varones nos explicó como aquel abuelo de los años 60, militar, que temblaban los nietos ante su presencia, se enamoró de una monja y perdió el “oremus”. Cuando a su padre le ocurrió algo parecido, las mujeres de la familia cerraron filas y se encargaron de ahuyentar a la modista empeñada en volver a llevar al altar al viudo. Relataba un viaje a Sevilla donde las “hermanísimas” se encargaron de separar a la pareja de tortolitos, unas con la dama, otras con papá; pero juntos y revueltos “nunca”. Cuando la señora les mostraba orgullosas los regalos del patriarca, les daba “mal”. ¡Menudo viajecito!, ni el color especial, ni la maravilla que es Sevilla salvó aquella escapada.
Los amores tardíos no son comprendidos..., y ¿sabéis lo que piensan los que tienen la suerte de disfrutarlos? …Que se joda el mundo.

7 de marzo de 2012

PRIMER DIA DE PILATES

Ayer fue mi primer día de "pilates"; cualquier cosa que abordo en la vida, aunque para el resto de los mortales sea muy cotidiana, para la bruja siempre es especial.
Cuando salía de casa, mis hijas me miraron de arriba a abajo y exclamaron "mamá, ¡que pintas llevas!". Menos mal que una tiene la autoestima por las nubes... Ya sabemos que una malla en desuso de mi hija, el niki de publicidad de carterpiller, las zapatillas baratas de Decathlon que compré para aqueña salida otoñal al campo contigo...no era el kit mas adecuado para presentarme en la clase de Pilates, donde se suponen que van las mujeres maduras, modernas e independientes. Como casi siempre me puede este espíritu provocador; sentía cierto regustillo sabiendo que era diferente a mis compañeras, aunque solo fuese en apariencia. Me esperaba el fisio para presentarme al grupo. ¡Vaya grupo mas enano!; la instructora, un caballero y una mujer madura. Y con la bruja, la tercera en discordia. Antes de tumbarme en la esterilla avisé "soy torpe". Las miradas se detuvieron en mí. Proseguí..."además de desorientada e ir con el paso cambiado". Por si no le quedaba muy claro a la profe le expliqué que tenía serias dificultades de imitar los ejercicios, que algo me ocurría en la cabeza para discernir derecha o izquierda, y que además seguir a alguien desde la posición frontal producía chispazos en mi cerebro. Para ilustrarlo comentar que el día que utilicé las  planchas de pelo de mi hija y me puse frente al espejo, el resultado fue una oreja quemada y el pelo en lugar de liso, erizado de la mala leche que se me puso. Y con todos estos "handicaps" finalmente me tumbé en la esterilla. Las 21:00 hras, si era hora de dormirse en lugar de "apretar ombligo" y alinear cadera...El caballero de mi izquierda, era rígido como un lingote. Cuando le miraba me producía una risa maliciosa que para colmo no podía contener...Paralelo al mundo de las lumbares y de la pelvis trascurría mi mundo interior que alimentaba lo ridículo de la situación. Como era incapaz de detener la risa consideré que tenía que hacer chascarrillos para disfrazar y dar sentido a mis "risas". Superado este momento y cuando pude recuperar el control y centrarme en "apretar ombligo", la angustia me invadió. Este grado de interés y alta concentración al realizar los ejercicios hicieron que los gases intestinales se desplazaran poco a poco al lugar de salida. ¡¡Menudo agobio!! Solo me quedaba rezar y rezar, oprimir los glúteos y que aquello acabase cuanto antes.  Se me hizo eterna la clase; me quería ir a mi casa a tumbarme en mi sofá...
Sobreviví al primer día de pilates...soy una campeona.

6 de marzo de 2012

EL 185


Medio adormecida en el autobús y de vuelta a casa, sentí que alguien me requería. Enseguida me despejé: “Hola Pepe, ¿Cómo estas?”. Por su contestación y su expresión, comprendí de inmediato que tenía que ser cautelosa.
Pepe y María eran un matrimonio de jubilados que vivían en mi antiguo portal y siendo vecinos no cruzamos más allá de las frases referentes a los fenómenos atmosféricos; yo siempre tenía prisa e iba lo suficientemente agobiada para dejar con la palabra en la boca y atropellar a cualquiera.
Cualquier mañana en mi vida suele arrancar con el periplo en el transporte público. Me gusta esperar en la parada, a veces un frío gélido me traspasa otras un sol abrasador me derrite. Es empezar el día “echándole valor”.
Durante varias mañanas pude observar que mi antigua vecina compartía parada y trayecto; siempre nos saludábamos y como si de lección aprendida de antaño se tratase, las frases que cruzábamos seguían siendo las mismas. Me llamaba la atención que se bajase en La Paz.
Un día, supongo que cuando mi actitud le resultó lo suficientemente familiar al vernos con asiduidad, y ella necesitaba imperiosamente contar su drama, se sentó a mi lado y comenzó a hablar. Empezó con el pretexto de mis hijas; recordaba mis idas y venidas con una y con otra. Y así comenzó a hablar de sus nietos con cierta nostalgia…Y no sé, cómo, ni en que momento me espetó su enfermedad, leucemia crónica….¡¡Vaya putada!! Articulé pocas palabras, me limité a escuchar; en ese momento intenté dibujar el gesto y la cara de la comprensión, del ánimo, del optimismo…no sé si esto tiene alguna cara, pero creo que su alma vio mi esfuerzo y desde entonces nos convertimos en compañeras de asiento del 185. Me desveló que llevaba siete años luchando; que contra pronóstico, iba celebrando Navidad tras Navidad. Para ella esta era su fecha de referencia, quizás porque era cuando juntaba a sus hijos y nietos. Y compartimos viajes charlando de cualquier cosa que nos provocará el día, el momento, la política, el periódico...; las últimas veces María tenía cada vez menos ganas de contar las proezas de ganar pequeñas batallas a la enfermedad y poco a poco las fuerzas empezaron a abandonarle. Tenía que ir dos veces por semana a las trasfusiones y le gustaba hablar de todos aquellos con los que compartía horas muertas en las salas de hospital. Sus verdaderos amigos, desde hace años, eran enfermos en su misma situación y todos los que alrededor les infundían ánimo y cuidados. Alguna que otra vez le pregunté que porqué no la llevaba Pepe en coche para evitar la incomodidad del autobús. No estaba dispuesta a tener a todo el mundo en jaque por su mala fortuna.

Y hoy, como no podía ser de otra manera, le reproché a Pepe, aquella soledad y angustia que yo sentía cuando María bajaba las escaleras del autobús. Siempre iba sola, tan erguida como le permitía la enfermedad y me sonreía desde el asfalto. No he escuchado sus razones, que importan ya…
Pepe corroboró mi teoría; María tenía como meta llegar a Navidad. Con ilusión preparó regalos, encargó cenas y comidas, y disfrutó de los que ella más quería como si fuese la última vez…sabía que era la última vez.

El 185, con parada en el Hospital de la Paz, seguirá llevando y trayendo historias de esperanza y de desesperanza.  

5 de marzo de 2012

NO QUIERO IR AL COLE

Esta mañana he hecho todos los conjuros habidos y de por haber para que el mundo se parase y no tener que venir "al cole". Como soy una bruja de mierda no me han dado los resultados al 100 por cien, pero si he conseguido una especie de confabulación... En vistas de que no había remedio posible, pínteme el ojo y el morro, púseme el bolso al hombro y a la parada del autobús. Uno de los viajes más gratificantes el de este lunes primaveral. ¡Menudo atasco!, una hora de sueño reparador dándome el solete en la cara, la almohada de cristal es un poco dura, de nana el ruido del motor diesel y ese "me muevo, me paro" meciéndome.
Llegada a la ciudad a las 11 de la mañana. "Señora, hemos llegado", una jovencita me avisó. No me explico este síndrome de la marmota; dormí fenomenal anoche y sin embargo quiero más. Debe ser la astenia primaveral...va a ser el trasnoche del sábado; recuperarse y espabilar la resaca empieza a ser cuestión de días. Me da igual, lo seguiré haciendo.
Vamos a poner en el lunes un poco de brujería para hacerlo mas llevadero; Abracalabra, pata de cabra, quiero...que hoy no asome por el despacho el jefe "pa tocar los coyons", reírme con mi compañera de pupitre, comer bombones a media mañana, que me guiñe mi chico preferido de la oficina (siempre establezco una pequeña complicidad para el trabajo no me supere), un par de noticias agradables de mis compañeros de universo (mamá se ha vuelto a enamorar, Pablo ha encontrado trabajo...), dos “guasazos” cariñosos (Bon día, se feliz...), y varias sonrisas ("No dejes de sonreír porque alguien se puede enamorar de tu sonrisa")...Ya están las peticiones hechas, a por ellas...
Proponerse de buena mañana disfrutar, reírse, decir cosas agradables, ayudar, saborear pequeños placeres...garantiza que  hoy tengas un "gran día".