24 de abril de 2012

¡¡QUE GRANDE ERES MAMÁ!!


Acabo de hablar por teléfono contigo y vas a ser tú, quién ponga fin al “interruptus” por el que esta atravesando mi blog. Aún hoy sigues enseñándome multitud de cosas útiles, sencillas, bonitas que dan un sentido muy especial al día a día.   
Me enseñas optimismo; si alguien ve el vaso medio lleno, esa eres tú; sabes hacer juego sin cartas. Recuerdo cuando la abuela te llamaba “doña facilitas” y no soportaba esa actitud tuya; nunca te has preocupado por lo que el resto del mundo “mata”. 
Me enseñas a ser “eternamente joven”; en esa juventud las arrugas son muescas de la vida para recordarnos que hemos vivido. Nunca te quejas de nada, odias hablar del colesterol y la tensión; hablar de “los años” te produce tiricia. Ese “espejo picado” del aseo es tu único confidente. 
Me enseñas “buen humor”; te las pintas para parodiar situaciones cotidianas y triviales con una factura similar a los hermanos Marx.
Me enseñas a ser enérgica; eres pura dinamita; aún hoy emprendes nuevas aventuras.  
Me enseñas sabiduría; tienes un pozo sin fondo. Eres sabia; siempre has sido sabia. Has sabido en cada momento que tocaba y has sido capaz de disfrutarlo; y sino esperar que llegasen tiempos mejores.
Me enseñas pasión; sigues disfrutando de tus amigos y amigas como siempre lo has hecho, con escasos convencionalismos, dejándote llevar por el corazón; ese corazón tan soleado e inquieto que tienes.
Me enseñas paz, sosiego, tranquilidad. A tu lado, aunque se pare el mundo, no importa; recuerdo una noche no muy lejana que me metí en tu cama porque me dolía el estómago. A la mañana siguiente nos despertamos cuando el sol nos molestó, no oímos ni el despertador…
Me enseñas generosidad; tienes un gran manantial de bondad. No solo en las cosas materiales, sobre todo me das tu tiempo, tu alegría, tu ingenio, tu ternura…
Me enseñas, literatura, poesía…; nadie como tú para recitar o relatar tus pequeñas vivencias que son grandes por cómo las vives…

¿Sabes mamá? Aun sigo aprendiendo mucho de ti