18 de junio de 2012

TOCA HACER DE NUEVO LA MOCHILA

Ha llegado el momento de volver a hacer camino; ya tengo la mochila encima de la cama. Primero los trajes de altanería, carácter, prepotencia, orgullo…solo para contadas ocasiones. Directamente al fondo de la maleta para que no me tiente su uso...
Aquí llegan mis trajes preferidos… ¡me cuesta guardarlos!, soy una sentimental de mierda… Me gusta tenerlos desparramados por la habitación para que alguien se les enfunde; paseos por la piel, wasapos matutinos y vespertinos para alguien especial, cocktails de imaginación, borracheras de Cardhu, palabras y “palabros” en cientos de mail para materializar y apresar momentos y sentimientos inolvidables,….y todo ello teñido de humor y amor (conjugar los verbos  reír y querer es uno de mis juegos preferidos). Estos trapos de mi mercadillo personal…”me sientan tan bien”... Es una lástima que hayan encogido de los lavados o quizás tú hayas engordado…
No se me tienen que olvidar mis especias; irán a los bolsillos delanteros de la mochila. Sazono los momentos cotidianos con ellos. Desde que me levanto uso y abuso de ellas; las galletas María con Irene, los bollos a media mañana con mis compañeras de pupitre, mis paseos al atardecer con mi hermano, las eternas conversaciones telefónicas con mi madre, el consultorio sexológico con mi hermana,...Esta parte de complementos siempre me han sentado bien…
Ha llegado el momento de echar un vistazo al lugar antes de irme. No sé que dejar, ¿un olor?, ¿una sonrisa?, ¿algún palabro?…creo que no quiero dejar nada. Me pregunto que tiene de especial este u otro sitio…Quiero suponer que los lugares los hacemos las personas. Me gusta ver  lagos en el desierto y poner el sol en los días de nubarrones…
Creo que estoy lista, solo me gusta llevar lo imprescindible. No tengo la espalda para cargar.
¡Ah se me olvidaba!, no quiero dejar  los pinceles que utilicé para pintar el arco iris de aquellos días de invierno desde el sofá blanco de un ático.
Salgo a la calle. Respiro hondo. No miro hacia atrás (es una de esas enseñanzas de infancia).
Hace un día muy bonito para volver a caminar…


Extracto de Proverbios y cantares (XXIX)

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.   (Antonio Machado)