4 de julio de 2012

LAS BRUJAS TAMBIEN LLORAN


¡Vaya comienzo de semanita!  En teoría vaticinaba una semana ajetreada pero sin niñas; es la única semana del año que no están a mi vera.  Viaje el martes, viaje el jueves de punta a punta de España y  viaje de bautizo el finde semana.  A priori mucho viaje de trabajo…presentía que “mi semana” se iba a esfumar…como tantas veces.
De repente las cosas cambiaron…y me encontré de sopetón con mi tiempo;  no sabía que hacer, estoy acostumbrada a tener planificado hasta el día del juicio final…
Mientras pensaba,  tuve la necesidad de saber como lo estaban pasando mis hijas en la playa. Estaban en casa, aburridas, cabreadas, viendo la tele porque  su padre había ido a recoger al tren a la persona que ahora “le entiende”. Estoy cansada de escuchar eso de “no hay quien te  entienda” porque a mi me pasa lo mismo con el género masculino. Empiezo por no entender que en 6 escasos días de un completo de 365,  no puedas prescindir de “la que te entiende”… Y mantuve el tipo y les repetí una y otra vez que disfrutasen…No iba a arruinar el día a nadie, Valencia estaba lejos y no tenía varita mágica con tanto poder para darles una solución…Es lo que tiene ser una bruja de mierda
Cuando colgué,  en mi interior,  estallaron truenos y relámpagos;  comenzó el periplo de la búsqueda de la coherencia. Mis compañeras de trabajo me miraban y callaban; estaba claro que la opinión de una mujer lo único que iba a provocarme es mas irritación. En ese mismo momento pensé que lo más conveniente era  hablar con el género masculino;  necesitaba tener en frente a alguien de esta especie que me hiciese  verlo desde “el otro lado de la cama”
Pedí auxilio a la persona que hace  no mucho tiempo me amueblaba el corazón; necesitaba invitarle a comer, emborracharme, reír,  escuchar alguna palabra dulce…ni yo misma se muy bien que necesitaba. Pero de repente, ante mi grito de SOS, nadie respondía a mis llamadas y a mi rescate. Supongo que presuponer a alguien fuerte, con carácter conlleva a una postura cómoda por parte del socorrista; no hay que olvidar que todos somos débiles, fuertes, capaces, incapaces, dependiendo de las circunstancias. Si en un primer momento me llené de rabia, ahora llego la decepción, la tristeza, la soledad…al comprobar que el arca donde uno guardaba sus pequeños tesoros estaba vacía.
Y tiré de mis remedios caseros sencillos; monólogos ingeniosos de youtube, frases filosóficas que odio, pero que para momentos de turbulencias vitales vienen como anillo al dedo esos pensamientos tan trascendentales; no leí mas de un par de páginas de “La seducción del gintonic”...Era incapaz de poner freno a esa espiral y a ese desasosiego que se había apoderado de mi alma.  Finalmente pegué portazo y tome la sabía decisión de “Forrest gump”, tirarme a la calle; andar y andar…
Después de hora y media sin brújula la bruja llegó de nuevo a casa. Llamé a mi hermana, estaba dormida en el sofá; ella es mi sicóloga particular, nuestras soluciones pasan por hacer unas buenas risas. No iba a ser fácil encontrar a alguien que me sujetase o me diese una bofetada para recuperar el norte y estaba claro que los conjuros no estaban haciendo efecto
Encendí la tele, “Indochina” a punto de concluir; esa madre (Catherine Deneuve)  preguntaba a su hijo adoptado vietnamita  que si había conocido a su madre biológica en la recepción.  El muchacho le comentaba con tristeza que estuvo allí esperando que alguien dijera su nombre…y le propinara un beso. Decidió irse.
 A mi me había pasado todo el día lo mismo, solo necesitaba una “palabra”, creo que a esas horas de la noche, pensé que me había valido cualquiera dicha desde el corazón. No siempre las cosas suceden como uno quiere - pensé.
Entre sollozos por la película y con mi “dolor del alma”  decidí irme a la cama y que el mundo de los mortales me dejara cuanto antes. Caí rendida cómo un bebe, había sido duro el trajín vital al que había estado sometida.
He despertado temprano, sonriendo, recordando un bonito sueño que había protagonizado alguien que horas antes me habían decepcionado. ¡Que sabiduría la naturaleza humana! Mi  imaginación me ha hecho vivir aquello que la vida no me dio; Gracias

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